El fin de semana se preveía complicado, primero porque el óvalo de Dover es un circuito muy difícil, tanto para los pilotos como para las máquinas que conducen. La combinación de superficie de cemento y grandes peraltes (24º en las curvas y 9º en las rectas), convierte a este circuito de una milla exacta (1609 metros) en uno de los más rápidos, sin ser considerado un Superspeedway. Además, el día anterior, la carrera de la Camping World Truck Series dejaba la incógnita del comportamiento de los neumáticos, por lo que los comisarios detendrían la carrera para las comprobaciones pertinentes en la vuelta 30, como siempre en estos casos.

Bajo un sol radiante y buena temperatura, David Reutimann, ganador de la prueba anterior, iniciaba la carrera en cabeza del pelotón tras haber conseguido también la pole position. Los primeros giros, antes de la caution de la vuelta 30, nos deparaban una bonita lucha en las primeras posiciones, con alternativas en el liderato entre el propio Reutimann, Juan Pablo Montoya, Reed Sorenson y Greg Biffle.
En la vuelta 44, un pinchazo de Tony Raines llevaba a todos los participantes de nuevo a boxes, y tras el reinicio, con Greg Biffle en cabeza, el gran dominador del día se colocaba en segunda posición.

Casualmente, Jimmie Johnson iba a arrebatar el liderato a Biffle en la vuelta 48, y seguiría rodando primero durante buena parte de la carrera, pese a que tanto en la vuelta 117 como en la 231, se producirían sendas interrupciones, que no iban a impedir al piloto de Hendrick Motorsport seguir con su exhibición.

El accidente más fuerte del día lo protagonizaban Paul Menard y Robby Gordon en la vuelta 286. Los 2 pilotos chocaban entre si, y después contra el muro, sin más consecuencias que el abandono de la carrera. Ningún otro participante se veía implicado, cosa extraña en Dover, circuito donde se ven accidentes múltiples muy a menudo.

En la vuelta 363, los comisarios detenían la carrera por novena vez, esta por suciedad en la pista. El la consiguiente entrada en boxes, un problema en el cambio de la rueda delantera izquierda, provocaba que el coche número 48 descendiese desde la primera a la novena posición. Una situación bastante complicada, quedando poco más de 30 giros para el final.

Pero era el día de Jimmie Johnson y nada podría detenerle. A partir de ese momento, aprovechando la superioridad mecánica de su Chevrolet, iba a ir escalando posiciones poco a poco, hasta llegar a colocarse tercero a 10 vueltas para el final, pero todavía a una cierta distancia de los 2 pilotos de cabeza, Greg Biffle y Tony Stewart.

Aun así, les fue recortando tiempo vuelta a vuelta, hasta situarse justo detrás. A falta de 5 vueltas, Greg Biffle ya no podría seguir el ritmo, al haber cambiado solamente 2 neumáticos en la última parada, y era rebasado por Stewart y Johnson, que se iban a jugar la victoria mano a mano.

--“He aguantado más de lo que pensaba. Era como si viniese por detrás un tren de mercancías” -- decía Tony Stewart al final. Y tenía toda la razón. Después de cerrarle la puerta durante un par de giros, faltando vuelta y media para el final, Johnson conseguía adelantar al coche número 14 por el exterior, para dirigirse como un cohete a ver la bandera a cuadros. Y es que en poco más de una vuelta el ganador se adelantó al segundo en casi un segundo.

-- “Me he divertido muchísimo, el coche es increíble, muy especial” – decía el vencedor en el Victory Lane.

Con este triunfo, Jimmie Johnson se aúpa hasta la tercera posición de la clasificación general. Aunque el cambio más importante se produce en lo alto. Jeff Gordon, tras su pobre actuación en Dover, al correr con el segundo coche después de un accidente en los entrenamientos libres, cede el liderato a Tony Stewart, que es el primer piloto-propietario que lidera la clasificación desde el año 1992. En Dover también hemos asistido a la primera carrera de Dale Earnhardt Jr. con su nuevo jefe de equipo, logrando la duodécima posición final, después de haber rodado buena parte de la prueba entre los 5 primeros.